A los que me siguen en este espacio, quizá no he escrito tanto como quisiera, pero este es mi cuarto blog. En una de las entradas anteriores, les mencioné que hablaría sobre la marca personal, y como lo prometido es deuda, aquí estoy para cumplirlo.
Cuando comencé mi camino en el mundo audiovisual, recuerdo que estaba en Miami. Corría el año 2016, y acababa de empezar mi travesía en este país. Al principio, tomaba la fotografía como un pasatiempo, jamás imaginando que, algún día, podría vivir de ello. Mi primera propuesta se llamó VEZTA BRANDS, una productora audiovisual que, según yo, resolvería todos los problemas relacionados con el video y la fotografía. Inicié haciendo colaboraciones con amigas modelos en Miami y llegué a trabajar con influencers como SincerelyMvu, Grecia, y Diana Marcoccia. En Miami, una sesión de fotos puede costar hasta mil dólares, y yo las ofrecía gratis para darme a conocer. Sin duda, lo logré, pero la gente me conocía, aunque nadie me contrataba para pagarme. No entendía qué estaba fallando.
Hubo momentos en los que escribía a marcas, sitios, y restaurantes, cualquier negocio que necesitara videos o fotografía para promocionarse. En mis correos, comenzaba con un simple “Hola, soy Carlos Soto” y, muchas veces, la respuesta inmediata era “No necesitamos una empresa de creación de contenido”. Eso me frustraba, porque yo no era solo una empresa; era Carlos Soto, la persona detrás de VEZTA BRANDS. A veces, la gente entendía quién estaba detrás de la marca, pero muchos otros pensaban que era una gran productora con oficinas y un equipo completo, cuando, en realidad, solo tenía una cámara y dos lentes. Mi trabajo no era malo, pero estaba mal vendido.
Mis publicaciones en Instagram recibían poca interacción. ¿Por qué alguien seguiría una cuenta con un logo, apenas 200 seguidores, y fotos de modelos sin más contexto? Algunos incluso podrían haber pensado que era una cuenta spam. Un día, decidí cambiar el enfoque. Subí una foto en mi cuenta personal y, emocionado, escribí sobre la historia detrás de esa imagen. Ese día descubrí lo que era el storytelling. La publicación tuvo una gran recepción, y las personas comenzaron a conectarse conmigo como el fotógrafo detrás de la foto.
Luego me mudé a Nueva York y comencé a fotografiar a las personas en la ciudad. Escribía captions sobre lo que creía que esas personas estaban pensando cuando las fotografiaba, y las redes estallaron en comentarios. Fue entonces cuando descubrí mi marca personal. Me di cuenta de que yo era VEZTA BRANDS. Mi cara no podía ser un logo; mi mejor diseño y logo era yo mismo, Carlos Soto. Ahí nació Carlos Soto PH, mi nueva empresa, mi nueva marca personal, y mi verdadera cara para el mundo.
¿Por qué les cuento todo esto? Porque las empresas y las marcas personales se manejan de forma muy similar. Nosotros, como personas, somos una marca única y genuina. Hoy en día, tenemos el poder de ser tan reconocidos como una gran empresa o un artista, si nos dedicamos a mostrar nuestro arte, nuestro trabajo y nuestra historia. Contar el proceso, cómo lo hacemos y cómo lo logramos nos permite conectar con una comunidad que se identifica con nosotros. Esa comunidad está formada por personas que, en algún momento, necesitarán de nuestro talento y guía.
No cometas el error que yo cometí. Eres tú quien le pone valor a lo que haces. Eres tú quien decide quién serás en este mundo. Tu marca personal es la huella que dejas en el camino, abriendo horizontes y creando nuevas oportunidades. Solo tú puedes definir tu destino
.
0 Comments