¿Quién dijo que no puedes vivir de la creación de contenido? ¿Quién te dijo que, al hacer fotos, no podrás pagar los gastos de tu auto? ¿Quién te dijo que haciendo videos en TikTok no podrás comprar una casa? ¿Quién te dijo que un post en Instagram no te permitirá financiar el viaje de tus sueños? Estas son solo ideas limitantes que provienen de nuestra mente y de aquellos que no creen en nuestro talento.
¿Es fácil? Claro que no. La gente hoy en día critica nuestra profesión, pero consume lo que hacemos a diario. Entretenemos sus vidas, les damos consejos a través de nuestros videos e inspiramos con nuestro trabajo. Sin darnos cuenta, nos hemos convertido en dueños de un mundo digital. Creamos tendencias, forjamos carreras que no tienen un título oficial, pero son reales.
Al final del día, somos creadores, así como Thomas Edison creó la luz eléctrica o John Boyd Dunlop creó las llantas. Cada día, en cada instante, decidimos qué vestir, qué comer y a dónde será nuestro próximo viaje. Tenemos un poder increíble y, a menudo, no nos damos cuenta. Algunos lo utilizan de manera positiva, mientras que otros lo hacen de forma negativa. Pero lo más fascinante es que este es un mundo digital que nosotros mismos hemos creado. Algunos se inspiran y logran cosas maravillosas, mientras que otros se sienten opacados por la creatividad ajena. Generamos alegría en unos y, en otros, tristeza. Todo depende de cómo decidamos crear y del propósito detrás de nuestro contenido.
Recuerdo cuando llegué a Estados Unidos en 2016. Al bajarme del avión, saludé a la primera persona que me recibió: mi tía. Lo primero que me dijo, mirándome fijamente, fue: “En Estados Unidos, todo está inventado. Lo único que te hará diferente es reinventar lo que ya existe”. Hoy le agradezco por su consejo, porque gracias a reinventar mi forma de crear contenido, he logrado vivir de esto durante ocho años en este país y cinco años con mi empresa de creación de contenido. He podido adquirir desde una memoria de 32 gigas hasta mi propia casa, dos autos y un sinfín de viajes por Estados Unidos.
Mi marca personal la moldeo según quién soy y cómo quiero que la gente me vea, vendiéndome como si fuera el último iPhone en el mercado. Pero de la marca personal hablaremos otro día. Lo importante ahora es que sepas que sí se puede vivir de lo que amas hacer. Y no solo como creador de contenido; puedes vivir en este país de lo que realmente deseas ser. Pero hay una realidad, guste a quien le guste: si no estás en las redes sociales en este momento, es difícil destacar en este mundo.
Así que, ¡cree en ti mismo! Este es el momento de aprovechar todas las oportunidades que el mundo digital tiene para ofrecer. ¡Puedes lograrlo!
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